“Los arqueólogos, que dejaron voluntariamente Lurmen para irse al paro (C.C., Miguel Ángel Berjón y José Ángel Apellániz), se han decidido ahora a hablar a petición de Lorena López de Lacalle.”
“Se acabó el cuento del primer Calvario conocido, del maestro egipcio que enseñaba latín y otras lenguas, además de la escritura jeroglífica, a los niños de una rica familia que vivía en la ciudad romano-alavesa de Iruña-Veleia. En los primeros siglos de la era cristiana, esta gente habitaba la fabulosa casa de Pompeia Valentina, donde una centuria después ya se escribía también en euskera. Es un relato precioso, pero no tiene un final feliz. ¿El motivo? Es una mentira que, para escándalo de los expertos, ha durado más de dos años y medio.”
(El Correo. 17.01.09 -MARÍA JOSÉ CARRERO | VITORIA)
Antes del programa de los dólmenes que según parece fue en el 2010 elaborado, estuvieron según informaciones fidedignas en la excavación de Mariturri, llevada a cabo por Julio Núñez Marcén, actual director del yacimiento de Iruina, profesor de la Universidad del país Vasco, y perito de la acusación particular interpuesta por el ente foral después de "deshacerse" del anterior equipo Lurmen y colocar a Julio Núñez Marcén.
El resaltar su "marcha al paro" como una prueba de su honradez profesional, no sería algo destacable si vemos que en un futuro inmediato esa marcha a lo desconocido profesionalmente se ha visto compensada por aquellos que han actuado para que se interponga la querella y para elaborar informes periciales de parte.
Y estos ambos dos arqueólogos son uno de los pilares de la acusación.
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